Se puede proponer a Chat GPT la siguiente adivinanza: Es nueva, asombrosa, ahorra tiempo, ayuda a la creatividad, está eliminando puestos de trabajo, consume mucha energía… ¿Qué es? Chat GPT contestará sin cierta modestia algo parecido a : «la adivinanza parece referirse a la inteligencia artificial, especialmente a modelos como yo, que son programas de procesamiento del lenguaje natural». Después, Chat GPT hace lo que pedimos todos los profesores a nuestros alumnos: argumenta la respuesta.
Desde que esta aplicación gratuita saliera a la luz hace justo un año, la nueva generación de inteligencias artificiales aparece todos los días en las noticias por la consecución de un nuevo logro. Algunos se atreven a comparar esta tecnología con el descubrimiento del fuego, debido a que cambiará el mundo y con él la educación. Resulta por tanto necesario entender de qué se trata. Sin duda, por lo que ya existe y por lo que está por venir, cambiará la manera en que se enseña y la manera en que se aprende.
Las nuevas IAs son programas capaces de realizar tareas complejas como analizar y comprender imágenes, aprender patrones complejos, generar arte y procesar el lenguaje natural. Los chat generativos parecen comprender y razonar como una persona, pero por ahora no lo hacen como un adulto. Estos programas son en realidad el resultado de un cálculo estadístico disfrazado de lenguaje humano, una simulación fruto de la investigación de modelos de lenguaje, arquitectura de redes neuronales artificiales y algo que solamente se ha podido realizar hasta ahora: manejar muchos datos. En consecuencia, una primera cuestión es la atribución de autoridad. Aceptar como verdadero lo que te dice Chat GPT a la primera sería como aceptar siempre la palabra que el procesador de textos te propone al autocompletar o al sugerirte la palabra siguiente. Acierta mucho, sí, pero por pura estadística.
Aunque Chat GPT cometa errores y no esté diseñado para enseñar o aprender, es muy útil si se sabe realizar la preguntas precisas, se tiene conocimientos previos del tema tratado y hay capacidad de responsabilizarse de sus aportaciones. Cumplido esto, puede ayudar en la creatividad y eliminar tareas repetitivas, porque Chat GPT aprende a hacer las cosas si se le dice exactamente cómo se quiere. Esto conlleva la necesidad por parte del profesorado de enseñar su funcionamiento, sus debilidades, acompañar en su uso y seguir vigilando el copia-pega. Debemos, como docentes, plantearnos además el sentido de mandar como deberes tareas que las IAs ya hacen automáticamente, como redacciones y presentaciones, si no van acompañadas de una evaluación oral. Quizás, debido a un acceso cada vez más sencillo a la información, el foco del aprendizaje no sea ya las respuestas, sino las preguntas que surgen ante el asombro que produce la verdadera Inteligencia que hay tras la belleza, la complejidad y el orden de la realidad creada.
La aparición de herramientas tecnológicas siempre va acompañada de grandes beneficios pero por desgracia normalmente también de la pérdida de competencias. Gracias a la IA no solamente se mejorará la gestión educativa, también la evaluación, la personalización del aprendizaje y la tutoría. Y al igual que la calculadora es necesaria y está desaconsejada a ciertas edades porque conlleva la pérdida de destrezas en cálculo mental, debemos plantearnos desde qué edad empezar a enseñar a nuestros alumnos el uso de Chat GPT y otras IAs sin que pierdan competencias fundamentales como buscar, verificar y gestionar información, crear contenidos, resolver problemas o hacer un uso seguro y ético de las tecnologías.
La IA no es un hype, es una evolución llena de retos para los que toda la comunidad educativa debe prepararse.
Joaquín Álvarez Cotroneo
Profesor de Tecnología en Secundaria y Responsable de Competencia Digital.