El tiempo de ocio puede ser el espacio de relación fluida con nuestro hijo, en el que aprendamos y disfrutemos juntos. Una oportunidad para escucharles, entenderles, comprender sus intereses, sus problemas, etc… Es muy sutil, pero ellos perciben perfectamente cuando estamos delante con una idea pretenciosa de lo que deberían y no deberían ser. Sin embargo, están deseando que les queramos con son, con lo que ya son. No nos perdamos el espectáculo de la maravillosa diferencia que es un hijo. También, si pensamos en nosotros mismos, fácilmente reconocemos que hemos podido crecer cuando alguien nos ha querido por lo que somos.

Conviene recordar que el tiempo de descanso adecuado para un niño de Primaria debían ser 10 horas de sueño y que conviene evitar dispositivos electrónicos a la hora de acostarse.

El tiempo de ocio y tiempo libre no es un espacio para que nuestro hijo esté distraído; es sano que un niño se aburra. La respuesta fácil es ver la tele, usar un dispositivo para que se entretengan superficialmente, pero si les dejamos que se aburran un poco, a los cinco minutos estarán buscando diferentes maneras para entretenerse.

Como adultos, podemos hacerles muchos tipos de propuestas: Además de la lectura, podemos dedicar tiempo para hacer algo juntos como juegos de mesa, cocinar, hacer recados y hasta sentarse a hacer cosas y que ellos nos ayuden, pregunten cómo se hace, etc.

No seamos ingenuos, les va a costar más hacer este tipo de cosas que ponerse a jugar con un videojuego, pero el entretenimiento es mucho más profundo si les damos espacio para crear nuevos juegos, favoreciendo así su creatividad. Pongamos a su disposición las construcciones, los juegos de mesa, puzzles, juegos de creatividad, material de manualidades, etc…

No podemos dejar de señalar el peligro del abuso de los dispositivos, chats o redes sociales. Se hace imprescindible enseñar a utilizarlos y darles instrumentos y herramientas para afrontar ese mundo con inteligencia y prudencia. Nosotros tenemos que estar presentes en el aprendizaje. Incluso es más interesante pedirles que nos enseñen a usarlos. Es un momento idóneo para que asimilen que estamos presentes también en esa parte de su educación. 

El ocio en familia abre las puertas a multitud de actividades: excursiones, visitas culturales, cine, incluso teatro y museos interesantes. Son momentos privilegiados para participar juntos en una actividad que luego podemos comentar, descubrir los gustos y las ideas de nuestros hijos. 

Gloria Rubio

Coordinadora de Educación Primaria