“El don del sentido del asombro es un inagotable antídoto contra el aburrimiento… Pero para mantener vivo en un niño este sentido innato del asombro se necesita la compañía de al menos un adulto con quien poder compartirlo, redescubriendo con él la alegría, la expectación y el misterio del mundo en que vivimos”. Estas palabras de Rachel Carson en su libro El Sentido del Asombro son el motor que ha inspirado la puesta en marcha en estos últimos años del laboratorio de biología del Colegio Internacional G. Nicoli.

Después de este tiempo de pandemia este aspecto es muy urgente para nuestros niños. Necesitan más que nunca adultos a su lado que les afirmen que el mundo es bello y que merece la pena descubrirlo y vivir sin miedo. Hoy, queremos contaros algunas de las actividades que hacemos en Educación Primaria en el laboratorio y los objetivos que trabajamos. 

 

Un proyecto práctico

La experiencia que os vamos a contar hoy es la práctica de “Observación directa y a través de la lupa binocular de invertebrados del grupo de los artrópodos”, que realizamos con alumnos de 5º de Educación Primaria.

El curso 2019 el colegio adquirió una colección de artrópodos conservados en parafina y este año la hemos aumentado gracias a la donación de una profesora. También se adquirieron varias lupas binoculares. El trabajo y resultado final con ellos ha sido la elaboración de unas fichas donde anotan las diferentes características observadas y realizan un dibujo lo más fielmente posible a la realidad nombrando sus diferentes partes.

Tras algunas sesiones previas en el aula donde descubrimos con los alumnos las características más importantes y la clasificación general de los invertebrados, hicimos un trabajo de técnicas de estudio (leer, comprender, subrayar, esquematizar) a partir de unos completos y extensos apuntes elaborados por los profesores.  Y por último, subimos al laboratorio a observar, dibujar como verdaderos científicos y anotar los datos observados y clasificar. 

Cada alumno escogió uno o dos artrópodos, los observaba detenidamente y empezaba a dibujarlos con todo tipo de detalle. También debían rellenar una ficha apuntando diferentes características (tipo de protección corporal, número de patas, si tienen antenas, alas, partes en las que está dividido su cuerpo, etc). Estas características les ayudarán después a clasificarlos en insectos, crustáceos, miriápodos y arácnidos. Para observar mejor los detalles aprenden a manejar las lupas binoculares. 

 

¿Qué ha sucedido con la realización de este proyecto?

  • Que se ha desarrollado su capacidad de observación y su capacidad de asombrarse. Que salgan al mundo y descubran multitud de cosas que antes permanecían ocultas a su mirada porque no se fijaban.
  • Que despierte la curiosidad por lo que les rodea, saber cómo funcionan o como se llaman las cosas, que se hagan preguntas y busquen respuestas.
  • Que puedan ser más humildes, pacientes, perseverantes y constantes. El trabajo científico educa mucho estos aspectos porque las cosas no son como uno quiere , en los experimentos hay que esperar a los resultados y es necesario seguir un método, unas pautas que no las pongo yo.
  • Recuperar el gusto por el lenguaje preciso porque aprenden a nombrar las cosas (meseta, pétalo, cefalotórax…). Cuando uno nombra bien, conoce mejor las cosas  y puede amarlas y cuidarlas. 
  • Entender que las cosas funcionan porque hay un orden ayuda también a ser creativos y mejorar el mundo que les rodea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

María Llabrés

Profesora y coordinadora Departamento de Ciencias de Primaria