Hoy, día 3 de febrero, celebramos la festividad de la mujer que da nombre a nuestro colegio: Sor Giuseppina Nicoli. Esta Hermana de la Caridad italiana, dio su vida por los jóvenes para que tuvieran un futuro mejor, teniendo una vida de entrega hasta el final.
Hoy os contamos su historia y os dejamos el vídeo con su vida. ¡Gracias Giuseppina!
Giuseppina Nicoli nació en Casatisma, Pavía, el 18 de noviembre de 1863, en el seno de una familia acomodada. Era la quinta de diez hijos. Su vocación maduró con la experiencia del sufrimiento que marcó a su familia con motivo de la muerte de varios de sus hermanos. En ese contexto aprendió a considerar mejor el valor de la vida y se hizo muy sensible a la fragilidad humana.
En 1884 entró en la Compañía de las Hijas de la Caridad en Turín. Después del seminario fue enviada a la isla de Cerdeña en 1885. A pesar de su precaria salud, se entregó sin reservas a la población de Cagliari, asistiendo con sus compañeras a los pobres de la ciudad. A los treinta años cayó enferma de tuberculosis pulmonar que la debilitaría paulatinamente durante el resto de su vida. En 1886 el cólera estalló en la ciudad; además de organizar toda la vida escolar, se entregaba con las Hermanas de la Institución a socorrer a las familias de la ciudad, ofreciéndose para el servicio en las «cocinas económicas», organizadas por la autoridad civil. Esta apertura permitió encontrar a los adolescentes abandonados en las calles de «Castello», la parte alta de la ciudad de Cagliari. Sor Nicoli los reunía en una escuela infantil, les enseñaba el catecismo el Domingo y los organizó en una asociación juvenil. Los animó a llevar una vida de ayuda mutua, educándolos en una sana conciencia de la vida social. Gracias a ella, muchos encontraron la fuerza para cambiar de vida.
Durante más de dos décadas, en las ciudades de Sásari y Turín, atiende orfanatos, crea asociaciones juveniles, escuelas de Religión para formar a maestras, asiste a presos, organiza grupos de mujeres para visitar a los pobres a domicilio, abre una colonia Infantil marina para atender a niños desnutridos y enfermos de tuberculosis, acompaña a huérfanos y viudas durante la I Guerra mundial.
La fama de Sor Nicoli está relacionada sobre todo “con los niños del cesto”, niños abandonados que se convierten para ella en su gran preocupación. Les da clase, les instruye en la fe y los prepara para la vida social.
Durante mucho tiempo tuvo que soportar también numerosas calumnias por parte de las autoridades, que querían hacerse cargo de las obras e instituciones que atendían las hermanas. El 31 de diciembre de 1924 muere de tuberculosis en Cagliari. El 1 de enero de 1925 una multitud conmovida acompañó su ataúd al cementerio de Bonaria; habían pasado cuarenta años desde que comenzara su misión entregada a los pobres de Cerdeña. Fue Beatificada el 3 de febrero de 2008 en Cagliari.
Giuseppina Nicoli, con una audacia y creatividad extraordinarias, gastó todas sus energías en proporcionar a los chicos y chicas de su tiempo una educación capaz de suscitar en ellos la conciencia de su propia dignidad. Desde el Colegio Nicoli queremos seguir su legado, educando a través de la enseñanza y del trabajo.